lunes, 14 de diciembre de 2009

Testimonio - Hna Eva de Los Mochis

¡Paz de Cristo Jovenes!

Para los que estaban esperando nuevas entradas disculpen la tardanza, estaba en clases de pre-encuentro y en un encuentro juvenil este viernes, sabdo y domingo pasados en la 2da. IAFCJ, de Puerto Peñasco. Después de esta pequeña, hermosa y muy placentera pausa durante estos dias, venimos con todo para seguir adelante, y revisando en las noticias encontre un reportaje, acerca de una hermana que sufrio de abuso e intento de homicidio en su propia casa en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa. El articulo se publicó el 12 de Diciembre, esta es la redacción de la pagina www.eldebate.com.mx, donde encontrarán la publicación y audio original de la entrevista, si quieren descargar el audio hagan clic aquí. Lo que para ellos es un reportaje, para nosotros es un testimonio de como Dios nos cuida y nos proteje. Espero y lo disfruten:

EL DEBATE de Los Mochis. Cumplió 29 años ayer, pero para ella es el primero, el comienzo de una nueva vida luego de que hace 16 días un joven la violó, le dio 24 puñaladas, la golpeó, la ahorcó, la dio por muerta y después le prendió fuego a su casa.

En todo momento evoca al Señor, ese Dios que le ha dado la fortaleza para salir adelante, para ver la vida más bella, para dar a gracias al Todopoderoso por ver un nuevo día, para disfrutar el más mínimo detalle y, sobre todo, para no guardar rencores en su corazón, el que ahora late más fortalecido por el amor de su hijo y de su esposo.

Aquel cuadro de terror que vivió durante una hora cuando un trabajador de su esposo entró a su casa cual lobo atrás de su presa, ha quedado atrás como una prueba de fe. "Detrás de cualquier tipo de prueba que puede tener siempre hay una victoria. Y para mí estar viva esa una gran victoria. Muchos me dicen: Ay, Evita, te admiramos, pero yo no quiero que me admiren. Quiero que le den la honra a Dios, porque él es el que permite que tenga esa fortaleza, narra Evita con una serenidad que conmueve en lo más profundo.

¿Cómo haces para estar tan fuerte?

Dios me da la fortaleza. Por mis propias fuerzas no podría. Dios desde un principio me la ha dado y por eso le doy la honra.

Cuando recuerdas el hecho, ¿que viene a tu mente?

Viene a mi mente que soy bien consentida por Dios. Me siento como una verdadera princesa, porque me pongo a pensar que soy hija de un gran rey. Bendito sea el Señor que tuvo misericordia de mí, y si lo hizo por mí fue para que lo testifique. Que sepamos que el Señor nos responde, porque el Señor conoce nuestro corazón. Y si puso la mirada en mí es porque soy especial para él.

¿Cómo entró aquel joven a tu casa?

Él era trabajador de mi esposo, aquí comía. Ese día vino con el pretexto que le cargara el celular. Pero después me pidió agua dos veces. Luego papel sanitario. Cuando le di el papel me dijo que era poquito. Entonces me metí y le di más, pero ese papel me lo metió en la boca y me amarró la boca y las manos para que no gritara.

¿Te sorprendió?

Me sorprendí porque lo tratábamos muy bien, pero en ningún momento me vino pánico, desesperación. Siempre estuve tranquila, bendito sea el Señor, y nunca di por hecho de que yo me iba a morir.

¿Estuviste consciente siempre?

Nada más me desconecté cuando le pedí al Señor que ya parara la tortura, como ya era una hora (abuso, golpes, puñaladas y ahorcamiento). Como me decía que no se iba a ir de mi casa hasta que me matara, que no podía dejarme con vida, yo ya no tenía fuerzas. Le decía al Señor: "ya no puedo más, ten misericordia de mí. Tú eres el único que puede salvarme", porque yo me quería ser la muerta y no podía. Me ganaba la respiración. Entonces decía: "Señor, sólo tú me puedes desmayar. Tú permite que me desmaye, de tal manera que él crea que yo estoy muerta. Fue lo último que dije. Ya no supe de mí. Fue exactamente el tiempo adecuado que Dios escogió para que él me diera por muerta, quemara la casa y saliera. Cuando desperté pensé que estaba soñando. Primero vino el escuchar, todavía no abría mis ojos, y escuché una alabanza (porque siempre tengo música cristiana en mi casa) "Si estás sufriendo, alaba. En la prueba, alaba a Dios", y justo cuando desperté, cuando abrí mis ojos, vi las llamas en la cocina. Pero no sentí pánico. "Ay, Señor, ayúdame", le dije, porque no podía mover un dedo. Tenía el cuerpo muerto, como anestesiado.

Entonces reaccionaste....

Vino a mi mente todo lo que pasó. Y me dije: Sí fue real. Me di cuenta del cuadro de terror en el que estaba. Pero también que era más grande el Dios que yo tenía al que él llevaba dentro. Cuando vi la lumbre, le pedí ayuda al Señor, entonces pude mover un brazo. Entonces me di cuenta que tenía el cable de un celular y del abanico en el cuello. No pensaba por mí misma. Me levantó el Señor y la casa me daba vuelta. Me fui directo a la puerta. Bendito sea el Señor que no le echó llave (porque me quitó las llaves y el celular) y pude salir a pedir ayuda. Cuando me paré en la puerta, se me doblaron las piernas. Estaba como acostada cuando miré pasar un carro del Bimbo. Vi el carro enfrente de mí, pero el señor se asustó y le dio al carro. Entonces le pedí a Dios que se regresara. Y en eso empecé a ver que el carro se acercaba. También pasó un señor en una bicicleta y una señora y les pedí auxilio. Me miraron que me estaba desangrando. Ahí empecé a escuchar que decían: ayuden a la muchacha, llamen a la ambulancia. Entonces les dije que llamaran a mi hermana y les di el número. Ella vino y en eso llegó la ambulancia. Me dieron atención rápido.

¿Que sentías durante el ataque? Sentía cuando entraba y salía el cuchillo. Cuando me golpeaba, escuchaba mi cabeza como si fuera una piedra, una roca, pero bendito sea el Señor, ninguna fractura tengo.

¿Qué te decía cuando te atacó?

Cómo tardas para morirte, pero yo le hablaba. Le decía que no quería dejar huérfano a mi hijo. Dios prueba nuestra fe. En ningún momento renegué de Dios. Siempre tuve fe. Le pedí misericordia. Yo no luché con el muchacho, yo no lo golpeé, él no recibió un aruñón mío. Nunca me porté violenta, porque pensé que si le hablaba con buenas palabras, no iba a pasar nada... pero el enemigo lo tenía bien envuelto. Fue una guerra entre Satanás y Dios. Yo así lo miro. Pero es más fuerte el que está con nosotros que el que está en contra de nosotros.

¿Cuántas puñaladas tienes?

Yo escuché que tenía 24 puñaladas pero 14 ocuparon suturación. También tuve quemadas. Yo me sorprendí, pero ahora entiendo que como él batalló para matarme, porque él se enojaba porque no me moría. ¡Cómo tardas para morirte! ¿Por qué no te mueres! Lo único que decía era cómo tardaba para morirme... Ahora supongo que para cerciorarse me quemó con cigarro y después manipuló todo tal manera que se quemara porque yo tenía dos quemadores prendidos porque estaba haciendo comida... puso trapos, bolsas de plástico. Hizo un camino para que luego se incendiara... por eso saco la conclusión de que en cuanto él salió, el Señor me abrió los ojos, porque el fuego corre rápido. El gas estaba todo abierto, el fuego estaba en la cocina, las cortinas en llamas, pero en ningún momento el fuego llegó a mi cuerpo. El único fuego que yo siento es el fuego de mi corazón de la presencia de Dios y ese el único que quiero que quede en mi corazón, que no se apague nunca.

¿Físicamente sentías el dolor en las heridas?

Empecé a sentir el cuerpo como molido. Lo que empecé a sentir eran los piquetes de las agujas para suturarme. Sientes como cuando uno hace mucho ejercicio. Como cuando le dan un palazo, pero en la ambulancia no sentía dolor, sentía como anestesiado todo el cuerpo.

¿Cuándo empezaste a recuperarte?

A los tres días empecé a sentir. Primero estaba inmóvil. Al sexto día me sentaron, al séptimo me pararon y puede dar pasitos, y exactamente el día siguiente, al octavo, me dijeron: se puede ir a su casa. Yo llegué un jueves a las 11:00 de la mañana y al siguiente jueves a las 11:00 de la mañana me estaban diciendo: ya se puede ir... está dada de alta.

Sabes que tu ejemplo puede servir para otras mujeres que se deprimen, que no pueden salir de donde están...

Si lo que me ha pasado puede ser de ayuda para los demás, adelante. Quiero que la gente sepa que si pedimos de corazón, el Señor obra en nosotros. Todos somos hijos de Dios.

Pasa mucho que los ataques son de gente conocida, de confianza, ¿qué les dirías a las mujeres?

Desde que llegué a emergencias y que me atendió una doctora jovencita le dije: M'ija, ten muy cuidado. No confíes en nadie. Hay que abrir los ojos, estar en alerta. En la juventud se nos hace fácil todo. Cuidado, porque estamos viviendo en un tiempo muy difícil y no hay que esperar que nos pasen las cosas para cuidarnos.

¿Qué pides para la persona que te atacó?

Yo no pido nada. El caso se los dejo a las leyes terrenales, porque para eso están, para poner orden. Claro que debe recibir un castigo. Yo no le deseo nada malo. Que Dios tenga misericordia de él. Dios se va a encargar y la justicia también. Y si Dios tuvo misericordia de mí, que también la tenga con él. Si alguna persona ha sido atacada de cualquier manera, yo les digo y les aconsejo que no estamos solos. El enemigo nos puede poner la soledad, que a ti nadie te quiere, pero estamos llenos de hermanos y tenemos un padre que nos quiere.

Hoy es tu cumpleaños y hoy tu verdugo se acaba de quitar la vida, ¿qué dirías a eso?

Que Dios tenga misericordia de él. No somos nadie para quitarle la vida ni a otras personas ni a uno mismo, porque Dios es el dador de la vida. Me da tristeza por su mamá... porque una madre, sea lo que sea un hijo, no deja de sentir amor.

Agresor se ahorca en el penal

El sujeto que golpeó, violó, acuchilló, ahorcó y quemó a la esposa de su patrón en el fraccionamiento Esperanza, se quitó la vida en el interior del penal del ejido Felipe Ángeles, Ahome. Se trata de Fermín Zavala Rosas, de 28 años. El individuo estaba sujeto a proceso penal luego de que el juez le dictara auto de formal prisión por violación y homicidio en grado de tentativa.

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